¿Cómo escuchas a tus hij@s?
El arte de escuchar es algo que se menciona con asiduidad y es así, escuchar es un arte. Cuando alguien tiene esa habilidad, se nota. La buena noticia es que se puede aprender, practicar y mejorar.
Hoy voy a hablar sobre cómo podemos escuchar de verdad a nuestros hij@s adolescentes y qué podemos ir haciendo para que se sientan escuchados. Primero, reflexionaremos un poco, que ya sabéis que es algo que me gusta mucho y me parece esencial para llevar a cabo cualquier cambio.
Observación
Observa estos aspectos y responde de forma honesta. Es para ti. Nadie va a saberlo.
- ¿Qué sueles estar haciendo cuando te hablan? ¿Estás haciendo tareas (cocinar, recoger, etc.) o estás mirando la TV o el móvil?
- ¿Mantienes el contacto ocular y/o les haces sentir que tienes tus sentidos puestos en lo que te están contando?
- ¿Estás pensando en otra cosa? En lo que tienes que hacer después o mañana, en un problema del trabajo, en algo que te preocupa…
- ¿Quieres cambiar de tema? No te interesa la conversación o lo que te está contando en ese momento. Quizás a ti te gustaría hablar con él o ella de otro asunto.
Estas cosas nos pasan frecuentemente a todos. Tranquil@, si te has visto reflejado en muchas de ellas, es normal. En algunas situaciones, nuestra mente se va de lo que está sucediendo en el momento y nos distraemos. Muchas veces el ritmo de vida que llevamos hace que no podamos pararnos a escuchar. De esto también hablo en: La presencia. Una herramienta poderosa
Bien, si te has dado cuenta de ello, genial. Ahora vas a poder trabajarlo.
¿Qué puedes hacer para mejorar tu escucha y que tu hij@ sienta que lo que te está contando es importante? Si esto pasa, seguramente tendrá más ganas de comunicarse contigo.
Ideas para mejorar tu comunicación
Ten en cuenta estas ideas que pueden favorecer la comunicación.
- No estar pensando en lo que vas a responder o le vas a decir a continuación. A veces nos centramos en la contestación o en la réplica y perdemos lo que nos están diciendo o el mensaje que realmente nos quieren transmitir. Intenta tener una escucha limpia, solo en lo que dice. Esto se entrena y la verdad que aprendes un montón porque ves más a la persona.
- Intentar no querer tener razón o exponer todos tus argumentos para que el otro cambie de opinión. Eso hace que solo entres como en una lucha de opinión y se pierde la escucha profunda. Puedes dar tus ideas sin aferrarte a ellas.
- Confianza en él o ella. Sentir confianza hacia la persona que te transmite la información es algo que se percibe. Si confías en tu hij@ cuando te está hablando, lo notará y favorecerá su apertura para comunicarse contigo.
- Distracciones. Cuesta mucho mantener la atención plena en una conversación sin que en tu mente pasen ideas, comentarios o incluso otra cosa que no tiene nada que ver con lo que está sucediendo. Mantener una escucha activa y consciente es un esfuerzo. Te aseguro que este tipo de escucha es sanadora y atrae la comunicación. Si la practicas, tu hij@ se sentirá a gusto hablando contigo. Hazlo en periodos cortos.
- Sin juicio. Para mí, esta y la primera pueden ser las más complejas y quizás estén relacionadas. Tenemos juicios y opiniones sobre lo que nos cuentan, los hacemos de forma automática y muchas veces interfieren en nuestras conversaciones. Si tu hij@ te está contando algo importante, intenta (porque es complicado) no poner tu juicio sobre ello, incluso cuando sea algo que te contraría o te sorprende. A veces decir: “gracias por contármelo” es más que suficiente. No decir nada más, si no sabemos qué responder o pensamos que vamos a meter nuestro juicio y eso puede provocar un cierre en tu adolescente.
Con tu observación y estas claves puedes empezar a practicar una escucha más activa y entrenarte en el arte de escuchar. No sólo se verá favorecida la relación con tu hij@ adolescente, seguramente todas las relaciones/conversaciones donde lo pongas en práctica.
Ya sabes, un pasito cada vez. ¿Te animas?